martes, 16 de abril de 2019

EMERGENCIAS NEUROLÓGICAS







GARCÍA PULIDO JUAN MANUEL.

MARZO DE 2019


DIPLOMADO DE AEROMEDICINA Y TRANSPORTE DE CUIDADOS CRÍTICOS.
GENERACIÓN V.

EMERGENCIAS NEUROLÓGICAS.

RICARDO RANGEL CHÁVEZ.
COORDINADOR ACADÉMICO DEL CURSO





EMERGENCIAS NEUROLOGICAS.

ANATOMIA.
El cráneo  es el esqueleto de la cabeza. Diversos huesos constituyen sus dos partes, el neurocráneo y el viscerocráneo. Neurocráneo es la caja ósea del encéfalo y sus cubiertas membranosas, las meninges craneales. Contiene también las porciones proximales de los nervios craneales y los vasos encefálicos. El neurocráneo del adulto está formado por una serie de ocho huesos: cuatro impares centrados en la línea media (frontal, etmoides, esfenoides y occipital) y dos series de pares bilaterales (temporal y parietal).
El neurocráneo posee un techo parecido a una cúpula, la calvaria (bóveda craneal), y un suelo o base de cráneo. Los huesos que componen la calvaria son principalmente huesos planos (frontal, parietales y occipital). Los que contribuyen a la base de cráneo son huesos irregulares con partes sustancialmente planas (esfenoides y temporales). El hueso etmoides es un hueso irregular que contribuye de un modo relativamente escaso a la línea media del neurocráneo, pues forma parte sobre todo el viscerocráneo.
El viscerocráneo (esqueleto facial), comprende los huesos de la cara que se desarrollan principalmente en el mesénquima de los arcos faríngeos embrionarios. El viscerocráneo constituye la parte anterior del cráneo y se compone de los huesos que rodean la boca (maxilares y mandíbula), la nariz y la mayor parte de las órbitas.












MENINGES CRANEALES.
Son coberturas membranosas del encéfalo que se hallan inmediatamente por dentro del cráneo, las cuales:
·             Protegen el encéfalo.
·             Constituyen la trama del soporte de arterias, venas y senos venosos.
·             Engloban una cavidad llena de líquido, el espacio subaracnoideo, que es vital para la función normal del encéfalo.
Estas están compuestas por tres capas de tejido conectivo membranoso:
1.         Duramadre, capa fibrosa externa, fuerte y gruesa.
2.         Aracnoides, intermedia delgada.
3.         Piamadre, capa interna delicada y vascularizada.
Las capas intermedia e interna (aracnoides y piamadre) son membranas que reciben en conjunto la denominación de leptomeninge (membrana fina). La aracnoides esa separada de la piamadre por el espacio subaracnoideo (leptomeníngeo), que contiene el líquido cefalorraquídeo. Este espacio esta lleno de líquido ayuda a mantener el balance del liquido extracelular en el encéfalo. El LCR es un líquido transparente cuya constitución es similar a la de la sangre; proporciona nutrientes, pero tiene menos proteínas y una concertación iónica diferente. El LCR se forma en los plexos coroideos de los cuatro ventrículos del encéfalo. Este líquido abandona el sistema ventricular y penetra en el espacio subaracnoideo entre la aracnoides y la piamadre, donde protege y nutre el encéfalo.

Duramadre. Es una membrana bilaminar, densa y gruesa; se denomina también paquimeninge. Esta adherida a la tabla interna de la calvaria. Las dos capas de la duramadre craneal son una capa perióstica externa, formada por el periostio que cubre la superficie interna de la calvaria, y una capa meníngea interna, o membrana fibrosa fuerte que se continua en el foramen magno con al duramadre espinal que cubre la médula espinal.
La capa perióstica externa de la duramadre se adhiere a a superficie interna del cráneo; su fijación es intensa a lo largo de las suturas y en la base del cráneo. La capa perióstica externa se continua en los forámenes craneales con el periostio de la superficie externa de la calvaria. Esta capa externa no continúa con la duramadre de la médula espinal, que consta solo de la capa meníngea

Aracnoides y piamadre. Se desarrollan a partir de una capa única de mesénquima que rodea al encéfalo embrionario, y se convierten en las partes parietal (aracnoides) y visceral (piamadre) de la leptomeninge. La procedencia de la aracnoides-piamadre de una capa embrionaria única viene indicada en el adulto por las numerosas trabéculas aracnoideas existentes entre la aracnoides y la piamadre, que semejan una telaraña y otorgan su nombre a la aracnoides.
La aracnoides avascular, pese a que está estrechamente adosada a la capa meníngea de la duramadre, no se encuentra adherida a ella, sino que el contacto se mantiene por la presión que ejerce el LCR en el espacio subaracnoideo.
La piamadre es una membrana aún más delgada que la de la aracnoides, ricamente vascularizada por una red de finos vasos sanguíneos. La piamadre resulta difícil de ver, pero otorga un aspecto brillante a la superficie del encéfalo, se adhiere a ella y sigue todos los contornos.

ENCEFALO.
El encéfalo esta compuesto por el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo. Al retirar la tapa del cráneo y la duramadre, a través de la delicada capa de aracnoides-piamadre de la corteza cerebral son visibles las circunvoluciones, los surcos y las fisuras.
·             El cerebro incluye los hemisferios cerebrales y los núcleos (ganglios) basales. Los hemisferios cerebrales separados por la hoz del cerebro dentro de la fisura longitudinal del cerebro, son las características dominantes del encéfalo. Cada hemisferio se divide en cuatro lóbulos, cada uno de ellos relacionados al hueso suprayacente homónimo, aunque sus limites respectivos no coinciden. En una vista superior, el cerebro queda dividido esencialmente en cuartos por la fisura media longitudinal del cerebro y el surco central coronal. El surco central separa los lóbulos frontales de los lóbulos parietales. En una visión lateral, estos lóbulos son superiores al surco lateral transverso, por debajo del cual se halla el lóbulo temporal. Los lóbulos occipitales, situados posteriormente, están separados de los lóbulos parietales y temporales por el plano del surco parietooccipital, visible sobre la cara medial del cerebro.
·             El diencéfalo esta compuesto por el epitálamo, el tálamo y el hipotálamo, y forma la porción central del encéfalo.
·             El mesencéfalo, la porción rostral del tronco del encéfalo, se sitúa en la unión de las fosas craneales media y posterior. Los PC III y IV están asociados con el.
·             El puente, la parte del tronco del encéfalo entre el mesencéfalo rostralmente y la médula oblongada caudalmente, se sitúa en la porción anterior de la fosa craneal posterior. El PC V esta asociado con él.
·             La médula oblongada, la porción más caudal del tronco del encéfalo, se continúa con la médula espinal y se sitúa en la fosa craneal posterior. Los PC IX, X y XLL están asociados con al medula oblongada, mientras que los PC VI-VIII se asocian con al unión entre el puente y la médula oblongada.
·             El cerebelo es la gran masa encefálica que se sitúa posterior al puente y a la médula oblongada, e inferior a la porción posterior del cerebro. Se encuentra bajo el tentorio del cerebelo en la fosa craneal posterior y está constituido por dos hemisferios laterales unidos por una estrecha porción media, el vermis.

SISTEMA VENTRICULAR DEL ENCEFALO.
Consta de dos ventrículos laterales y los ventrículos 3º y 4º, en la línea media, conectados por el acueducto del mesencefálico.
VENTRICULOS DEL ENCEFALO.
Los ventrículos laterales son las mayores cavidades del sistema ventricular y ocupan grandes áreas de los hemisferios cerebrales. Cada ventrículo lateral se abre en el 3º ventrículo a través de un formen interventricular. El 3º ventrículo, una cavidad en forma de hendidura entre las mitades derecha e izquierda del diencéfalo, se continua posteroinferiormente con el acueducto mesencefálico, un estrecho conducto en el mesencéfalo que conecta los ventrículos 3º y 4º.
El 4º ventrículo, de forma piramidal, se sitúa en la porción posterior del puente y la médula oblongada, se extiende inferoposteriormente. Inferiormente se adelgaza en forma de estrecho conducto que se continua con el interior de la médula espinal cervical como conducto central.





CÍRCULO ARTERIAL DEL CEREBRO.
El círculo arterial del cerebro (de Willis) es un circulo vascular aproximadamente pentagonal que esta situado en al superficie ventral del encéfalo. Es una importante anastomosis en la base del encéfalo entre las cuatro arterias ( dos vertebrales y dos carótidas internas9 que irrigan el encéfalo. El círculo arterial está formado secuencialmente, en dirección anteroposterior, por:
·             La arteria comunicante anterior.
·             Las arterias cerebrales anteriores.
·             Las carótidas internas.
·             Las arterias comunicantes posteriores.
·             Las arterias cerebrales posteriores.
Los diversos componentes del círculo arterial del cerebro emiten numerosas ramas al encéfalo.




DRENAJE VENOSO DEL ENCÉFALO.
Las venas que drenan el encéfalo, de paredes delgadas y desprovistas de válvulas, perforan la aracnoides y la capa meníngea de la duramadre para finalizar en los senos venosos de la duramadre más próximos, cuya mayor parte drena a su vez en las venas yugulares internas. Las venas cerebrales superiores, en la cara supero lateral del encéfalo, drenan en el seno sagital superior; las venas cerebrales inferior y media superficial, de las superficies inferior, posteroinferior y profunda de los hemisferios cerebrales, drenan en os senos recto, transverso y petroso superior. La vena cerebral magna (de Galeno) es una vena única situada en la línea media; se forma en el interior del encéfalo por la unión de dos venas cerebrales internas y finaliza al unirse con el seno sagital inferior para formar el seno recto. El cerebelo esta drenado por las venas cerebelosas superior e inferior, que drenan las caras respectivas del cerebelo y desembocan en os senos transverso y sigmoideo.












MEDULA ESPINAL.
Esta contenida en el canal raquídeo vertebral. Tiene forma de tallo cilíndrico terminando a nivel de L1-L2 en forma de cómo medular. La sustancia gris situada en la zona central tiene la configuración de una H. La sustancia blanca la conforman tres cordones, el anterior, lateral y posterior, ocupados por haces motores, sensitivos, vegetativos y de asociación. Los nervios raquídeos (SNP) se desprenden de la medula espinal por dos raíces, una anterior o motora y otra posterior o sensitiva.












SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO (SNA).
Este esta encargado de dar respuesta a los estímulos que provienen del interior del organismo. La fisiología de esta parte del sistema nervioso, sirve de una manera fundamental a mantener el equilibrio interno del organismo (homeostasis). El sistema nervioso vegetativo, regula la totalidad de las funciones vitales, tales como la alimentación, la respiración, la circulación y la excreción. Esta ampliamente interconectado con el SNC. Podemos distinguir dos sistemas de este:
1.         SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO. Las fibras de este se originan y emergen de las regiones torácica y lumbar de la médula espinal (división toracolumbar). Una parte de ellos se pone en contacto con los órganos efectores mediante las neuronas vegetativas (posganglionares), uniéndose primero a los ganglios de los cordones nerviosos situados a ambos lados de la médula, mientras que otra parte lo hace a través de los ganglios ubicados en la cavidad abdominal. La tarea principal del SNS es la movilización de las reservas orgánicas de acuerdo al aumento de las exigencias internas o externas. Razón por la cual, bajo efecto del simpático, en el organismo los procesos metabólicos se inclinan al catabolismo. Teniendo como consecuencia el aumento de la frecuencia cardiaca, expansión de los bronquios, el retardo del funcionamiento intestinal y la sangre se dirige hacia los vasos dilatados de la musculatura esquelética, aumentando con ello el nivel de glucosa.
En ausencia, estos procesos coinciden con el efecto de la adrenalina secretada por la médula suprarrenal. La causa de la similitud se debe, en gran parte, a que el transmisor desde los cordones simpáticos hacia los órganos efectores es la noradrenalina, un derivado de la adrenalina. Por otro lado, las fibras vegetativas del sistema simpático que emergen de la médula, inervan directamente las glándulas endocrinas suprarrenales. De este modo, el efecto nervioso del sistema simpático, favorece también la producción de adrenalina.

2.         SISTEMA NERVIOSO PARASIMPATICO. Las neuronas vegetativas de este están situadas en el tronco encefálico y el la región sacra de la médula espinal. Sus fibras dejan el área del sistema nervioso central junto con los nervios craneales y los nervios raquídeos. Su interconexión a las neuronas que inervan los órganos efectores se hace en las áreas cercanas a esos órganos, o bien directamente, a través de los ganglios que se encuentran en las paredes de los órganos. El transmisor sináptico es la acetilcolina (colinérgica). El sistema parasimpático regula los acontecimientos fisiológicos relacionados con el restablecimiento de las reservas energéticas del organismo. Por eso la acción del parasimpático dirige los procesos metabólicos en dirección al anabolismo. Aumenta el almacenamiento del contenido de glucosa en forma de glucógeno, con esto disminuye, al mismo tiempo, la demanda de oxígeno de los procesos metabólicos. Bajo su efecto se normaliza la función cardiaca, se estrechan los bronquios pulmonares, favorece la secreción de los jugos digestivos y acelera la eliminación de las substancias fecales del sistema intestinal.

SISTEMA NERVIOSO PERIFERICO (SNP).
Esta formado por los nervios y los ganglios. Los nervios realizan el contacto entre el sistema nerviosos central y los órganos inervados por ellos, ya sea directamente o por intermedio de los ganglios. El sistema nervioso periférico esta formado por los nervios raquídeos y los nervios craneanos.
El ser humano tiene 31 pares de nervios raquídeos. Cada uno de ellos entra en contacto con astas de la medula espinal por medio de una raíz posterior sensitiva y una raíz anterior motora. En la parte de las raíces posteriores más cercana a la médula, se encuentra un ganglio constituido por los cuerpos celulares de las neuronas sensitivas. Más adelante, en una sección más lejana de la médula, se encuentra un ganglio constituido por los cuerpos celulares de las neuronas sensitivas. Más adelante, e una sección mas lejana de la médula, las raíces anteriores y posterior se unen en un nervio raquídeo único. Con ello, en estos nervios se encuentran tanto fibras nerviosas sensitivas como motoras, transformándose en un nervio llamado mixto. En seguida los nervios raquídeos se ramifican, cubriendo como una red el organismo completo.
De la superficie de la base del encéfalo salen 12 pares de nervios craneanos. Con la excepción del nervio óptico y olfatorio, todos ellos se originan en el tronco encefálico. Los nervios ópticos, auditivos y olfatorio sólo contienen fibras sensitivas o aferentes. Otros, por el contrario, como es el caso de los músculos oculares, están formados sólo por fibras motoras o eferentes. Finalmente, entre los nervios craneanos también encontramos nervios mixtos semejantes a los nervios raquídeos; uno de ellos es, por ejemplo, el nervio vago (con fibras sensitivas y motoras) que inerva como una red, los órganos internos (en general, a estas formaciones nerviosas reticulares se les denomina plexos).
El sistema nervioso periférico al no estar protegido por huesos o por la barrera hematoencefalica, es más vulnerable a la exposición a toxinas y daños mecánicos.




ALETRACIÓN DEL ESTADO EMNTAL Y DE LAS FUNCIONES SUPERIORES.
Toda EN debe iniciar por la evaluación del estado de alerta y el estado metal, ya que para algunas de las maniobras clínicas será necesario contar con la atención y colaboración del paciente, por lo que conocer como se encuentra su estado mental, nos permitirá, además de evaluar sus funciones cognitivas, conocer cual será su grado de cooperación para entender y seguir las indicaciones.

Estado de alerta.
1.         Alerta o despierto: el paciente tiene los ojos abiertos, interactúa y responde adecuadamente a los estímulos verbales.
2.         Confusión. (ocasionalmente se describe como obnubilación): el paciente tiene los ojos abiertos e interactúa, pero tiene disminuida su capacidad de atención, por lo que es posible que responda inadecuadamente a las preguntas.
3.         Somnolencia o letargo: el paciente tiende a quedarse dormido si no es estimulado de alguna manera, para alertarlo generalmente es suficiente el estimulo verbal o algún estímulo táctil.
4.         Estupor: el paciente tiene los ojos cerrados y solo tiene alguna respuesta cuando el estímulo es muy intenso o doloroso.
5.         Coma: no existe respuesta alguna a estímulos.

Funciones cerebrales superiores.
1.         Orientación: persona (se le pide que diga su nombre completo), lugar (se le pregunta si sabe en dónde se encuentra) y tiempo (se le pide que diga la fecha actual).
2.         Lenguaje: primero se evalúa el lenguaje espontaneo, ejemplo, se le pide que describa a que se dedicaba. Se evalúa si el lenguaje esta bien articulado o si algunas palabras no se entienden bien (disartria); si la respuesta es coherente con la pregunta, o si tiene una adecuada estructura gramatical. Posteriormente se le puede pedir al paciente que repita algunas frases complicadas, y que nombre algunos objetos cotidianos al mostrárselos como: un reloj, una pluma, etc. Finalmente, para evaluar la comprensión se le puede dar la indicación de realizar algún acto que implique varios pasos.
3.         Memoria: para la evaluación de la memoria de corto pazo se le puede pedir al paciente que memorice la lista de tres objetos que no estén relacionados no fonológica ni semánticamente, y unos minutos después se le pide que los recuerde. Para la memoria a mediano y largo plazo se le pude preguntar, ¿a dónde fue o que comió el día de ayer?, ¿en donde nació?  ¿cuál es su fecha de nacimiento?
4.         Calculo: se le pide al paciente que a 100 le reste 7 de manera consecutiva en 5 ocasiones.

EXPLORACION DE LOS NERVIOS CRANEALES.
Esta debería de realizarse de forma ordenada, bilateral y comparativa.  
Nervio olfatorio (I).
no se explora de manera rutinaria, ya que en la mayoría de los casos los trastornos de la olfacción son provocados por patologías o problemas nasosinusales y no de origen central. Aunque a nivel prehospitalario nos podríamos apoyar acercando a las fosas nasales un poco de café y que el paciente lo identifique.

Nervio óptico (II).
Su exploración comprende cuatro pasos, que deben realizarse en el siguiente orden:
Agudeza visual (lejana y cercana). Para evaluar la agudeza lejana, se suele utilizar la tabla de Snellen. En el caso de no contar con este instrumento se pude realizar una evaluación gruesa mostrándole al paciente su mano a distintas distancias, pidiéndole que cuente el numero de dedos que distingue. La agudeza visual cercana, se utiliza la tabla de Jaeger. Si no se tiene este instrumento, también pude ser de utilidad pedirle al paciente que lea cualquier otro texto.
Visión cromática. La forma mas sencilla de evaluarla es mostrar al paciente objetos de colores primarios, evaluando a cada ojo por separado. Primero se le pregunta si distingue el color y después se le pide que lo nombre.
Campos visuales. La forma sencilla de evaluarlos es la campimetría por confrontación, en la que el medico compara sus campos visuales con los del paciente. Se colocan frente a frente, ambos se cubren un ojo de manera contralateral y deberán mantenerse mirando fijamente el ojo descubierto del otro.se desliza el dedo índice a lo largo de los ejes principales del campo visual a la misma distancia de ambos y el paciente deberá indicar cuando vea o deje de ver el dedo u objeto.
Oftalmoscopia directa o examen de fondo de ojo. La habitación deberá oscurecerse lo mas que se pueda con el fin de favorecer la dilatación pupilar y facilitar la exploración; se le indica que mire hacia un punto fijo. Se acerca el oftalmoscopio lentamente hasta que se obtenga una imagen, teniendo precaución para no incomodar al paciente. Se observaran la retina y se siguen los vasos hacia la retina nasal hasta encontrar el disco óptico.

Nervios oculomotores (III, IV y VI).
estos se evalúan en conjunto, ya que todos inervan a los músculos relacionados con los movimientos oculares.
Motilidad extrínseca del ojo. Se deben estar mirando continuamente los movimiento oculares del paciente que sean simétricos y conjugados.
1.         Inspeccionar amplitud y simetría de la hendidura palpebral (dada por el musculo elevador del parpado, inervado por el III PC) la paresia completa del III nervio produce caída del parpado o ptosis palpebral.
2.         Inspeccionar la mirada conjugada sea normal, es decir, que ambos globos oculares se encuentran simétricos, en posición central cuando se encuentran en reposo y no presenten ninguna desviación. Para su exploración se le pide al paciente que siga con la vista un objeto o dedo explorador, el cual deberá moverse en las direcciones de la mirada: lateral (musculo recto externo VI nervio) medial(músculo recto interno III nervio craneal), arriba y lateral (musculo recto superior III  PC) y arriba y medial (musculo oblicuo inferior III nervio craneal), y abajo y medial (musculo oblicuo superior IV nervio craneal). Se sugiere hacerlo tomando como referencia es esquema de la doble H.

Motilidad intrínseca del ojo (III nervio).
Morfología y diámetro de las pupilas: forma (circular), contorno (regular), situación (central), tamaño (2,5 mm) y simetría (iguales en tamaño) [isocoria], asímetria en el diámetro [anisocoria]).
Reflejos pupilares (preferentemente oscurecer la habitación: se trata de reflejos mixtos en os que participa tanto el II nervio (componente aferente), como el III nervio (componente eferente).
·             Reflejo fotomotor directo: Perpendicularmente al ojo, se dirige un haz luminoso a la oreja del paciente y se desplaza medialmente hasta que se incide sobre la pupila. Deberá verse contracción de la pupila (miosis) en el ojo estimulado.
·             Reflejo consensual o fotomotor indirecto. El estímulo y la respuesta son los mismo, solo que esta vez deberá poner atención en el ojo contralateral, en el cual deberá observarse a contracción de la pupila contralateral.
La realización de ambos reflejos permitirá, en el caso de una midriasis pupilar unilateral, diferenciar si se trata de una alteración del nervio óptico (II) o nervio oculomotor (III).

Nervio trigémino (V).
Se trata de un nervio mixto, pues se encarga de transmitir la sensibilidad de la cara y dar inervación motora a los músculos de la masticación. Por lo tanto se evalúan funciones motora y sensitiva:
Motora. Por inspección se valora el trofismo de los músculos masetero y temporal. Posterior se pide al paciente que apriete fuertemente los dientes mientras se palpan ambos músculos maseteros, y después de hace lo mismo palpando ambos músculos temporales con el fin de evaluar el tono y la fuerza.
Sensitiva. Se explora la sensibilidad facial táctil de las tres ramas del nervio (1ª oftálmica, 2ª maxilar y 3ª mandibular). La exploración completa requiere de la sensibilidad al tacto grueso superficial, al dolor con un objeto puntiagudo, y a la temperatura. La exploración del reflejo corneal, solo se recomienda en e caso de pacientes que no cooperan adecuadamente para la exploración sensitiva o en pacientes con alteraciones del estado de alerta.

Nervio facial (VII).
También es un nervio mixto cuya función es la inervación motora de la mayoría de los músculos de la cara y sensación gustativa de dos tercios anteriores de la lengua. Para evaluar la función motora, se pide al paciente que realice diferentes movimientos o gestos faciales comenzando por la frente y terminando por la boca, con al finalidad de identificar asimetrías faciales que sugieran paresia o parálisis de la musculatura facial.

Nervio vestíbulo-coclear (VIII).
Formado por dos nervios: el vestibular (transmite impulsos relacionados con el equilibrio y la orientación espacial del cuerpo) y el coclear (nervio sensorial encargado de la audición). Una manera de explorar rápidamente el componente acústico es evaluando la capacidad del paciente de percibir el sonido del frote de los dedos.


Nervio glosofaríngeo (IX) y nervio vago (X).
se exploran juntos, pues inervan estructuras relacionadas funcionalmente. Se le solicita al paciente que diga el fonema “A” de manera prolongada ( debe observarse si la elevación del velo del paladar es simétrica y si la úvula se encuentra en posición central, además de evaluar si existen problemas en la fonación). En segundo termino se pide al paciente que abra la boca y se toca la pared posterior de la faringe con un abatelenguas ( debe observarse la contracción de los pilares simultáneamente y el reflejo nauseoso).

Nervio accesorio (XI).
Se encarga de la inervación motora de los músculos trapecio y esternocleidomastoideo, por lo tanto, su exploración consiste en evaluar el trofismo, tono y fuerza (pidiendo al paciente que eleve los hombros y gire la cabeza contra resistencia) de ambos músculos.

Nervio hipogloso (XII).
Al dar inervación motora de la lengua, se explora solicitando al paciente que la protruya y la movilice en todas direcciones.

EXPLORACIÓN DEL SISTEMA MOTOR.
Se explora evaluando cinco aspectos del musculo, el trofismo, el tono, la fuerza, los reflejos  de estiramiento muscular y, finalmente, los reflejos anormales o patológicos.
Trofismo. Valoración subjetiva de la masa muscular y su volumen. Se conoce como atrofia cuando el musculo se encuentra disminuido de tamaño y además se hallan datos de denervación.
Tono. Es definido como la resistencia pasiva al movimiento que presente aun musculo que se encuentra voluntariamente relajado. La manera de explorarlo es palpando la masa muscular y realizando estiramientos y acotamientos pasivos de los distintos grupos musculares en las cuatro extremidades. Las alteraciones pueden presentarse en tres formas: como rigidez, espasticidad o disminución del tono muscular. La rigidez suele originarse en una alteración del sistema extrapiramidal, la espasticidad sugiere alteración de la vía corticoespinal, mientras que la hipotonía suele presentarse en lesiones del sistema nervioso periférico.
Fuerza muscular. Se evalúan grupos musculares pidiendo al paciente que realice movimientos activos en primera instancia solo en contra de la gravedad y después en contra de una resistencia impuesta por el explorador. La escala para graduar la fuerza mas utilizada es la escala de Daniels.
Grado
Contracción
0
Ausencia de contracción.
1
Contracción visible o palpable, pero sin movimiento activo
2
Movimiento activo, sin vencer la gravedad ni la resistencia
3
Movimiento activo que vence la gravedad pero no vence la resistencia
4
Movimiento activo en toda su amplitud, vence la gravedad y una resistencia moderada
5
Fuerza normal. Movimiento activo, vence la gravedad y la resistencia.

Reflejos de estiramiento muscular. Un reflejo de estiramiento muscular en una respuesta motriz, independientemente de la voluntad, provocada inmediatamente después de la aplicación de un estímulo mecánico sobre los tendones. Dicho estímulo produce un estiramiento súbito del musculo como respuesta existe una contracción del musculo estimulado. El aumento de la amplitud de los reflejos se denomina “hiperreflexia”; la disminución “hiporeflexia”, y la ausencia “arreflexia”. En ocasiones, la estimulación produce múltiples movimientos de contracción rítmicos y repetidos, o incluso continuos; esto se denomina clonus y se considera el grado máximo de hiperreflexia.

LESIÓN CEREBRAL PRIMARIA.
Esta es un traumatismo directo al cerebro y las estructuras vasculares asociadas que se producen en el momento de la lesión inicial. Incluye contusiones, hemorragias y laceraciones, y la otra lesión mecánica directa al cerebro, su vasculatura y sus revestimientos. Dado que el tejido neuronal no regenera, se mínima la expectativa de recuperación de la estructura y la función debido a la lesión primaria.

LESIONES CEREBRALES SECUNDARIAS.
Se refiere a los procesos en curso de los traumatismos que desencadena la lesión primaria. En el momento de la lesión se inician los procesos fisiopatológicos que continúan dañando el cerebro durante horas, días y semanas después de la afectación inicial. El enfoque principal en el manejo de una lesión cerebral traumática es identificar y limitar o detener estos mecanismos de la lesión secundaria. Los efectos secundarios son insidiosos por naturaleza.
Los mecanismos patológicos relacionados con el efecto de masa intracraneal, PIC elevada y hernia son aún preocupaciones importantes como causas de la lesión secundaria, pero su manejo ha sido revolucionado por la tomografía, la vigilancia de la PIC y la cirugía inmediata.

PRESIÓN INTRACRANEAL.
La elevación de la presión intracraneal (PIC) puede reducir la perfusión cerebral y causar exacerbación de la isquemia. La PIC normal en un estado basal es de aproximadamente 10 mmHg. Presiones superiores a los 22 mmHg, si se mantienen refractarios al tratamiento están asociados a resultados deficientes.

DOCTRINA DE MONRO-KELLIE.
Es un concepto simple pero vital que explica la dinámica de la PIC la doctrina declara que el volumen total contenido dentro del cráneo deben permanecer constantes, porque el cráneo es una estructura incapaz de expandirse. Cuando se excede el volumen intracraneal normal, aumenta la PIC. La sangre venosa y el LCR se pueden comprimir fuera del recipiente, lo que proporciona un grado de amortiguamiento de la presión. Por lo tanto, muy temprano después de la lesión, una masa como un coágulo de sangre puede agrandarse mientras el PIC permanece normal. Sin embargo, una vez alcanzado el límite de desplazamiento del LCR y la sangre intravascular, la PIC aumenta rápidamente.
















FLUJO SANGUINEO CEREBRAL.
La lesión traumática aguda que es suficientemente grave como para causar un coma puede reducir notablemente el flujo sanguíneo cerebral durante las primeras horas después de la lesión. El FSC generalmente aumenta durante los próximos 2 a 3 días, pero para los pacientes que permanecen comatosos, permanece por debajo de lo normal durante días o semanas después de la lesión. Cada vez hay más pruebas de que los niveles bajos de FSC no satisfacen las demandas metabólicas del cerebro temprano después de la lesión. La isquemia cerebral regional, incluso global, es común después de un traumatismo craneal grave por razones conocidas e indeterminadas.
La vasculatura cerebral precapilar típicamente se contrae o dilata por reflejo en respuesta a los cambios en la presión arterial media (PAM). Para fines clínicos, la presión de perfusión cerebral (PPC) se define como la presión arterial media menos la presión intracraneal (PPC = PAM - PIC). Un PAM de 50 a 150 mm Hg se "autorregula" para mantener una FSC constante (autorregulación de presión). Un TCE grave puede interrumpir la autorregulación de la presión hasta el punto de que el cerebro no puede compensar adecuadamente.
Cambios en la PPC. En esta situación, si el PAM es demasiado bajo, se produce isquemia e infarto. Si el MAP es demasiado alto, se produce una hinchazón cerebral marcada con una PIC elevada.
Los vasos sanguíneos cerebrales también se contraen o dilatan en respuesta a los cambios en la presión parcial de oxígeno (PaO2) y la presión parcial de dióxido de carbono (PaCO2) en la sangre (regulación química). Por lo tanto, la lesión secundaria puede ocurrir por hipotensión, hipoxia, hipercapnia e hipocapnia iatrogénica.
Haga todo lo posible para mejorar la perfusión cerebral y el flujo sanguíneo reduciendo la PIC elevada, manteniendo el volumen intravascular normal y el PAM, y restaurando la oxigenación y ventilación normales. Los hematomas y otras lesiones que aumentan el volumen intracraneal deben evacuarse temprano.
EVALUACIÓN.
La encuesta rápida de la cinemática de la lesión, combinada con una evaluación primaria inmediata, ayudara a identificar problemas potenciales que amenazan la vida de un paciente con sospecha de LCT.
CINEMATICA. Se debe incluir la consideración de l mecanismo de la sesión. Debido a que muchos pacientes con LCT grave muestran una alteración del nivel de consciencia, los datos clave acerca de la cinemática con frecuencia se obtienen de la observación de la escena o de los transeúntes.

EVALUACIÓN PRIMARIA.
VIA AEREA. Debemos examinar y asegurar la permeabilidad de la vía aérea del paciente. En las personas con perdida del estado de alerta. La lengua puede obstruir la vía aérea. Las causas comunes de un compromiso de las vías aéreas en pacientes con LCT son émesis, hemorragia e inflamación.
RESPIRACIÓN. Esta debe incluir la velocidad, profundidad y adecuación de la respiración. en pacientes con traumatismo multisistémico, las lesiones torácicas llegan a deteriorar aun mas la oxigenación y la ventilación. Fracturas de la columna cervical pueden ser el resultado de lesiones de la medula espinal que interfieren de manera significativa con la ventilación. no mantener una SatO2 por arriba del 90% parece resultar en peores resultados para los pacientes, y es fundamental mantenerla por encima de este nivel.
CIRCULACIÓN. Se debe de mantener una presión arterial sistólica mayor de los 90 mmHg, la cual es critica para limitar la lesión cerebral secundaria de las victimas con LCT. Por lo tanto, el control de la hemorragia y la prevención y el tratamiento del estado de choque son críticos. El aumento de la PIC suele conducir a una serie reconocida de cambios cardiovasculares. A medida que esta incrementa y el flujo sanguíneo cerebral se ve afectado, el cerebro y e tronco del encéfalo se vuelven hipóxicos. Estimulando el SNS en un esfuerzo por aumentar la tensión arterial. Con el aumento de esta, el SNP induce a la bradicardia. Este efecto es conocido como la triada de Cushing. Resultado de combinación que se producen con el aumento de la PIC: pulso lento, aumento de la tensión arterial asociada con una presión de pulso ensanchada y respiraciones irregulares, como la respiración de Cheyne-Stokes.
DISCAPACIDAD.
Durante la evaluación primaria se debe calcular la puntuación inicial de la escala de coma de Glasgow (ECG) para evaluar con precisión el NDC del paciente. La puntuación de la ECG se calcula utilizando la mejor respuesta observada en la evaluación de los ojos, respuesta verbal y respuesta motora del paciente. Cada componente de la puntuación debe registrarse de forma individual, en lugar de sólo limitarse a proporcionar un total, de modo que con el tiempo se puedan observar los cambios específicos.

FRACTURAS CRANEALES.
Pueden ser resultado de un traumatismo cerrado o penetrante. Las fracturas lineales, por lo general a causa de un traumatismo cerrado, representan alrededor del 80% de las fracturas de cráneo; sin embargo, un fuerte impacto puede producir una fractura craneal deprimida, en la que fragmentos de hueso con conducidos hacia o en el tejido cerebral subyacente. Las fracturas craneales deprimidas cerradas pueden requerir intervención neuroquirúrgica, mientras que las craneales abiertas suelen deberse a un impacto particularmente fuerte o a un herida por PAF y servir como punto de entrada para las bacterias, lo que predispone al paciente a meningitis. Si se rompe la duramadre o el tejido cerebral, el LCR puede fugarse por una fractura craneal abierta.
Si drena LCR de las fosas nasales o los conductos auditivos se debe sospechar de fracturas craneales basilares. La equimosis periorbitaria (ojos de mapache) y el signo de Battle, en el cual la equimosis se observa sobre el área mastoidea detrás de la oreja, a menudo se presentan con las fracturas craneales basilares, aunque pueden pasar varias horas después de la lesión para que se hagan evidentes. Si se permite, la exploración de la membrana timpánica pude revelar sangre detrás del tímpano, lo que indica una fractura craneal basilar.






                                   










LESIONES CEREBRALES.
Conmoción cerebral. Se tiene diagnostico de conmoción cerebral cuando un paciente lesionado muestra alguna alteración transitoria de la función neurológica con un posterior retorno a la normalidad. Cambios neurológicos que se presentan en la conmoción cerebral:
·             Mirada vacía.
·             Respuestas verbales y motoras retrasadas.
·             Confusión e incapacidad para centrar la atención.
·             Desorientación.
·             Habla arrastrada e incoherente.
·             Falta de coordinación.
·             Emociones inapropiadas a las circunstancias.
·             Déficit de la memoria.
·             Incapacidad para memorizar y recordar.

La conmoción con frecuencia se acompaña de cefalea, mareo, nausea y vómito. Los pacientes que presenten estos signos y síntomas deben ser trasladados inmediatamente para una evaluación adicional.

Hematoma intracraneal. Se dividen en tres tipos generales epidural, subdural e intracerebral. Debido a que los hematomas ocupan espacio dentro del cráneo rígido, pueden desencadenar aumentos rápidos de la PIC, sobre todo si son de tamaño considerable.
Hematoma epidural.
Los hematomas epidurales son relativamente infrecuentes y ocurren en aproximadamente el 0,5% de los pacientes con lesiones cerebrales y en el 9% de los pacientes con TCE que están en coma. Estos hematomas generalmente tienen forma biconvexa o lenticular, ya que empujan la duramadre adherente lejos de la mesa interna del cráneo. La mayoría de las veces se localizan en las regiones temporales o temporoparietales y con frecuencia son el resultado de un desgarro de la arteria meníngea media debido a una fractura. Estos coágulos son de origen clásico arterial; sin embargo, también pueden resultar de la interrupción de un seno venoso importante o sangrado de una fractura de cráneo. La presentación clásica de un hematoma epidural es con un intervalo lúcido entre el momento de la lesión y el deterioro neurológico.
La historia clásica de un hematoma epidural es un paciente con una breve perdida del estado de alerta, luego al recupera y después experimenta una rápida disminución de la misma. Durante el periodo de conciencia, el intervalo de lucidez, el paciente puede estar orientado, letárgico o confundido, o quejarse de cefalea.
Conforme disminuye el NDC del paciente, la exploración física puede revelar una pupila dilatada y lenta o sin reacción, que es más común en el mismo lado de la hernia. Debido a que los nervios motores cruzan al otro lado por encima de la médula espinal, normalmente se produce una hemiparesia o hemiplejia en el área opuesta al impacto.





                        






Hematoma subdural.
Los hematomas subdurales son más comunes que los hematomas epidurales, y ocurren en aproximadamente el 30% de los pacientes con lesiones cerebrales graves. A menudo se desarrollan a partir de la cizalladura de pequeñas superficies o puentes de vasos sanguíneos de la corteza cerebral. En contraste con la forma lenticular de un hematoma epidural en una tomografía computarizada, los hematomas subdurales a menudo parecen ajustarse a los contornos del cerebro. Daños subyacentes
un hematoma subdural agudo suele ser mucho más grave que el asociado a los hematomas epidurales debido a la presencia de lesión parenquimatosa concomitante. Además de ser mas común que los hematomas epidurales, también difieren en la causa, ubicación y pronostico. El hematoma subdural se produce de una hemorragia venosa. La sangre se acumula en el espacio subdural, entre la duramadre y la membrana aracnoide subyacente.
Los hematomas subdurales se presenta en dos formas. En algunos pacientes que acaban de experimentar un traumatismo significativo, la interrupción de las venas puente causa acumulación relativamente rápida de la sangre en el espacio subdural, con inmediato inicio de efecto de masa. Además, esta morbilidad esta asociada con una lesión directa al propio parénquima cerebral debajo del hematoma subdural, que se produce como parte del evento traumático que conduce a la interrupción venosa. Como resultado, el efecto de masa de los hematomas subdurales  a menudo se debe a la sangre acumulada y al edema cerebral lesionado. Los pacientes que presentan efecto de masa agudo tendrán un estado mental deprimido muy severo y necesitaran identificación rápida de la emergencia en campo con el transporte urgente a un centro hospitalario apropiado.












Contusiones cerebrales. El daño al cerebro en sí puede producir contusiones cerebrales y, si incluye afectación a los vasos sanguíneos dentro del cerebro, desencadena sangrad real e a sustancia cerebral o hematomas intracerebrales. Las contusiones son relativamente comunes y ocurren de 20 a 30% de las lesiones cerebrales graves, así como en un porcentaje significativo de lesiones moderadas de la cabeza. Las contusiones cerebrales con frecuencia tardan de 12 a 24 horas en aparecer en la TAC y, por tanto, un paciente con este tipo de contusión inicialmente puede generar una TAC de cráneo normal.  La única pista de su presencia puede ser una ECG deprimida, con muchos pacientes que presentan lesiones moderadas en la cabeza (ECG 9 a 13).
Hemorragia subaracnoidea. Esta se produce debajo de la membrana aracnoides, que se encuentra bajo es espacio subdural que cubre al cerebro. La sangre en el espacio subaracnoideo no puede entrar en el espacio subdural. Muchos de los vasos sanguíneos se encuentran en el espacio subaracnoideo, por lo que la lesión en estos conductos causa la hemorragia, una estratificación de la sangre debajo de la membrana aracnoides en la superficie del cerebro.
Este tipo de hemorragia se suele considerar asociada con la ruptura espontánea de aneurismas cerebrales que desencadenan la aparición repentina de la peor cefalea de la vida del paciente. El paciente traumatizado con HSA por lo general se queja de cefalea, que suele ser de naturaleza intensa. La náusea y vómito son comunes al igual que el mareo. Además, la presencia de sangre en el espacio subaracnoideo genera signos meníngeos, como dolor y rigidez de cuello, quejas visuales y fotofobia. Estos pacientes también pueden presentar convulsiones.

CONVULSIONES Y TRANSTORNOS CONVULSIVOS.
Una convulsión se define como un trastorno paroxístico recurrente de la función cerebral caracterizado por crisis breves y repentinas de consciencia alterada, actividad motora, fenómenos sensoriales o conducta inapropiada. Las convulsiones pueden definirse como una función neurológica anormal causada por las descargas eléctricas anormales de las neuronas dentro del encéfalo. Aunque se originan dentro de las neuronas del encéfalo, son sobre todo un evento clínico, y la forma en que se manifiestan a si mimas dependen en gran medida de la parte del encéfalo en que ocurren.
Aunque la causa parecida de las convulsiones a nivel neuronal aún no e clara, se sabe que uno de los mecanismos de las convulsiones es la menor inhibición de las neuronas en la corteza cerebral. La actividad dentro de la corteza es un balance constante de estimulación excitatoria e inhibitoria de las neuronas corticales. Cuando este balance se alera para permitir que las fuerzas excitatorias superen de forma importante a las fuerzas inhibitorias, el resultado es la actividad convulsiva. El principal neurotransmisor inhibidor en el encéfalo es el GABA (ácido Gamma-aminobutírico), a través de los receptores GAMA-A y GABA-B. Muchos de los medicamentos utilizados de urgencia en el tratamiento de las convulsiones (benzodiacepinas, barbitúricos, topiramato) actúan sobre los canales de cloro asociados con los receptores GABA-A para acelerar la repolarización de las neuronas para apoyar la función inhibitoria y hacer más lenta o detener la actividad convulsiva.

CONVULSIONES GENERALIZADAS.
Esta abarca clases descriptivas que incluyen de gran mal, de pequeño mal, motoras menores, de gran mal limitadas y convulsiones de crisis de caída. Las convulsiones generalizadas suelen ser simétricas y bilaterales, con afección de ambos hemisferios. Estas convulsiones consisten en actividad neural descontrolada de ambas cortezas cerebrales, lo que produce una pérdida de consciencia. Las convulsiones generalizadas se subdividen en una variedad de categorías, dependiendo del tipo de movimiento muscular que se parecía con la convulsión.
CONVULSIONES DE AUSENCIA.
Se aprecian sobre todo en niños y adolescentes y rara vez después de los 20 años. El paciente puede desarrollar una mirada pérdida y suspender cualquier actividad que estuviera realizando antes del inicio. Estas se suelen recuperar rápidamente y no recuerda nada relacionado con la convulsión. Esta no suele durar más que unos cuantos segundos. La actividad convulsiva puede disminuir de forma gradual y a la larga desaparecer a medida que el paciente crece o puede desarrollar actividad convulsiva tónico-clónica.

CONVULSIONES TÓNICO-CLÓNICAS.
Esta describe la actividad motora que se aprecia con este tipo de convulsión. Están entre los eventos médicos impresionantes que se observan en el campo. Hay una perdida rápida de conciencia debido a la afección de ambos hemisferios cerebrales y el paciente puede emitir un grito fuerte. El grito resulta de la espiración forzada causada por los espasmos abdominales y torácicos. El paciente cae al suelo debido a la perdida de coordinación motora y conciencia. En este momento, los músculos del paciente desarrollan espasmos tónicos que duran de 10 a 30 s. Los músculos respiratorios se paralizan y el paciente puede desarrollar cianosis periférica. Los músculos de la cara y cuello pueden flexionarse a un lado y fijarse en esa posición.
La actividad clónica produce la sacudida violenta de la cabeza, el tórax y extremidades. Esta fase consiste en la contracción y relajación de los grupos musculares opuestos, lo que resulta en las sacudidas características del tórax, extremidades y músculos de la cara. Las contracciones disminuyen de forma gradual en número, pero no en fuerza. Estas convulsiones suelen durar de 3 a 5 min, pero pueden ser tan largas como 30 min.
La fase postictal es el periodo de tiempo después de una convulsión en que el paciente recupera la consciencia. Durante esta fase, el paciente experimenta un periodo de cansancio extremo. La duración de la fase depende de la duración y la intensidad de la convulsión. El paciente recupera la consciencia con lentitud, ay a menudo permanece obnubilado durante horas a días. Esta lentitud mental se debe en parte al esfuerzo extremo durante la actividad convulsiva y el uso extenso de ATP: durante el periodo postictal, el paciente suele tener amnesia retrograda.
El estado mental lento y amnésico del paciente durante el periodo postictal puede confundirse con una urgencia diabética o un evento vascular cerebral si el profesional del SMU llega a la escena después de que la actividad convulsiva se ha detenido y si no hubo testigos de la convulsión.

CONVULSIONES PARCIALES.
La otra clase de convulsiones, además de las convulsiones generalizadas, son las convulsiones parciales. Esta clasificación abarca las clases descriptivas anteriores de convulsiones motoras focales, convulsiones jacksonianas, convulsiones del lóbulo temporal, y convulsiones psicomotoras. Este tipo de convulsiones afectan  a las neuronas de un solo hemisferio cerebral, a menudo solo tienen un inicio local y suelen originarse de un foco superficial. Una convulsión parcial puede avanzar hasta afectar a las neuronas de ambos hemisferios, lo que produce una perdida del estado de alerta.
CONVULSIONES PARCIALES SIMPLES.
Pueden ocurrir con signos motores, sensoriales y autónomos. Por ejemplo, una convulsión simple que consiste en signos motores puede presentarse con contracción recurrente de un grupo muscular especifico. Los síntomas sensoriales que pueden manifestarse incluyen déficits auditivos y visuales, alucinaciones y vértigo. Las convulsiones simples no implican pérdida del estado de alerta y tienen una fase postictal mínima o ausente.
CONVULSIONES PARCIALES COMPLEJAS.
Son cambios episódicos en la conducta en que un individuo pierde e contacto consciente con el ambiente. Este tipo de convulsión puede confundirse con facilidad con una urgencia psiquiátrica.
Suele iniciar con cierto tipo de aura que varia del olor a llanta quemada a sensación déjàvu, a trastornos visuales hasta alucinaciones. Después del aura, el paciente puede presentar temblores musculares menores que resulta en chasquido de los labios, espasmos nerviosos o movimientos repetitivos.

Las cusas posibles de convulsiones son traumatismos, hipoxia, lesiones del SNC, trastornos metabólicos, desequilibrios electrolíticos, infecciones, sobredosis, fisiología del embrazo y muchos otros. El abordaje inicial es igual a cualquier paciente. Si el paciente presenta convulsiones activas, la siguiente prioridad será evitar que se dañe a sí mismo.
Hacerse cargo de asegurar una adecuada permeabilidad de la vía aérea. Por lo general, el paciente con convulsiones requiere maniobras simples de la vía aérea para abrirla, la inserción de una cánula nasofaríngea y succión para eliminar las secreciones hasta que el paciente este lo bastante alerta para mantener su propia vía aérea. Administrar oxigeno a concentraciones elevadas según lo permitan las convulsiones.
Cuando la convulsión persiste, empezar a brindar apoyo vital avanzado, lo que incluye diazepam el cual puede administrarse tanto en bolo IV como en infusión IV. La dosis para bolo IV es de  2 a 5 mg con lentitud a lo largo de 3 a 5 minutos. El Diazepam puede readministrarse cada 5 min hasta un total de 20 mg. La duración efectiva de la acción para diazepam es de 30 a 40 min, por lo que se requiere la observación cuidadosa del paciente, en caso de convulsiones recurrentes. Tener cuidado de detectar depresión respiratoria después de la administración de una benzodiacepina. El Lorazepam también es una benzodiacepina, con estructura química similar al diazepam, y con el mismo mecanismo de acción. La principal ventaja de Lorazepam en el manejo de las convulsiones es su duración de acción, que es más prolongada que el diazepam. Se ha informado que dura hasta 90 min. La dosis para el control de las convulsiones es de 2 mg cada 3 a 5 min en bolo IV lento sin exceder un total de 0.1 mg/kg.
Después de que se detiene la convulsión, determinar las concentraciones de glucosa sanguínea y administrar D50 según se requiera.

EVENTO VASCULAR CEREBRAL.

A veces conocido como “ataque encefálico” o apoplejía, es una causa de base estructural de un déficit mental, neurológico o ambos. Puede afectar cualquier parte del encéfalo, lo que incluye el cerebro, el SARA o ambos. Con frecuencia hay una alteración del suministro sanguíneo de un área del encéfalo. La pérdida resultante de oxígeno y otros nutrientes causa daño celular, el cual se hace evidente por cambios en el estado mental, neurológico o ambos.
EVENTO VASCULAR CEREBRAL ISQUÉMICO.
Ocurre de forma secundaria a la oclusión o bloqueo de una arteria cerebral y por eso en ocasiones se le identifica como oclusivo. El flujo de sangre por la arteria disminuye de forma importante y esta disminución priva de oxigeno, nutrientes y eliminación de desechos a las células distales. Como resultado, las células encefálicas isquémicas se infartan con rapidez sin esperanza de restauración.
Estos se clasifican de acuerdo con la causa:
·             Un evento vascular cerebral trombótico ocurre de forma secundaria al desarrollo de un trombo localizado dentro de una arteria cerebral. El trastorno se desarrolla cuando un deposito de placa aterosclerótica hace más estrecha la luz de la arteria cerebral, con lo que disminuye de forma gradual el suministro de sangre arterial. Una vez que se ha estrechado de forma considerable, la inflamación del área enferma dentro del vaso puede conducir a la rotura de la placa. El cuerpo considera esta rotura como una lesión e inicia un proceso de coagulación en el sitio de la lesión.
·             Evento vascular cerebral embólico. De forma similar al EVC trombótico, uno de tipo embólico surge a partir de la oclusión de una arteria cerebral. Sin embargo, la oclusión en un evento vascular cerebral embólico ocurre cuando un émbolo se libera de un sitio remoto y se alberga dentro de una arteria cerebral. La arteria carótida es una fuente frecuente de émbolos.  Tiene un inicio abrupto, sin signos de alerta.
Dependiendo de la arteria bloqueada, los eventos vasculares cerebrales isquémicos pueden presentarse en una variedad de formas. Cuando existe, el estado mental alterado puede presentarse desde confusión hasta estupor o coma. A nivel neurológico, el EVC isquémico suele afectar las funciones motoras, sensoriales y del habla y estos cambios pueden observarse sin problema.
ACCIDENTE ISQUEMICO TRANSITORIO.
Este es causado por una oclusión, como su nombre lo indica, es transitoria o temporal. La oclusión puede deberse a Vasoespasmo o a un coagulo. El Vasoespasmo se resuelve de forma espontanea. En caso de un coagulo, el cuerpo es capaz de “lisar” o disolver la oclusión ofensora y así restaurar el flujo de sangre al encéfalo. El estado mental alterado, los déficits neurológicos o ambos son secundarios a la oclusión se corrigen a sí mismos cuando el flujo de sangre cerebral se restaura.
EVENTO VASCULAR CEREBRAL HOMORRÁGICO.
Ocurre de forma secundaria a la rotura de un vaso cerebral. Se clasifica como una hemorragia intracerebral, en la cual ocurre sangrado dentro del propio tejido encefálico, o como una hemorragia subaracnoidea, en la cual el sangrado ocurre por debajo de la capa aracnoidea. Los peligros asociados son: sin sangre arterial, las células del encéfalo se tornan isquémicas y a la larga se infartan. Además, la sangre de los vasos rotos se acumula y forma un hematoma intracraneal. El hematoma se expande con rapidez, provocando la compresión y herniación del tejido encéfalico.
La hipertensión es la causa primaria de EVC hemorrágicos. Con el tiempo, la hipertensión debilita porciones de la pared de la arteria cerebral, haciéndola susceptible a rotura repentina. Las secciones de una pared arterial pueden formar aneurismas, o extrusiones con forma de globo. Los aneurismas son muy inestables y son susceptibles a romperse de forma independiente, más aún con un aumento de la tensión arterial.
El inicio y al evolución de un EVC hemorrágico son rápidos. El declive en el estado mental es repentino y se hace evidente por confusión que avanza con rapidez a estupor y coma. El paciente suele quejarse de una cefalea intensa justo antes de que el EVC hemorrágico ocurra.

La evaluación primaria incluye que la queja principal relacionada con un EVC puede variar. Las etapas iniciales de un evento vascular cerebral isquémico pueden presentarse con un cambio neurológico. La afasia (dificultad para el habla) es frecuente y puede confundirse con confusión; sin embargo, el paciente afásico a menudo puede entender al profesional y seguir indicaciones simples, de modo que puede diferenciar entre afasia y confusión. Una hemorragia intracerebral pue- de explicar el inicio repentino de una cefalea intensa, conducta inapropiada o pérdida de la consciencia. Los déficits neurológicos pueden existir sin relación con algún cambio en el estado mental y viceversa.
Si el inicio del estado mental alterado tiene lugar horas después de que iniciaron los signos y síntomas de evento vascular cerebral, sospeche un aumento de la presión intracraneal (PIC) asociado con una hemorragia intracerebral o subaracnoidea. Si el paciente se presenta en un estado estuporoso o con coma poco después de iniciado el evento vascular cerebral, sospeche un gran infarto cerebral o un evento vascular cerebral que ha afectado el tallo encefálico.
El control de la vía aérea en un paciente con evento vascular cerebral es fundamental debido a que, como ya se mencionó, el daño encefálico puede reducir de forma importante la capacidad de deglución. La acumulación de secreciones o de vómito presenta el peligroso panorama de obstrucción total de la vía aérea o aspiración pulmonar.
Preste atención cuidadosa al estado respiratorio. La idoneidad y los patrones de la respiración merecen especial atención. El aumento de la presión intracraneal (PIC) y la herniación cerebral asociada puede producir muchos cambios externos, lo que incluye el surgimiento de patrones respiratorios patológicos. Los patrones respiratorios patológicos asociados con evento vascular cerebral incluyen lo siguiente:
             Respiraciones de Cheyne-Stokes.
             Hiperventilación neurogénica central.
             Respiraciones de Biot (atáxicas).
             Respiraciones apnéusticas.

Exploración física. Debe realizarse una exploración física y un estudio neurológico en cualquier persona con sospecha de un evento vascular cerebral o AIT. Debe valorar la escala de Cincinnati o la detección prehospitalaria de evento vascular cerebral de Los Ángeles.  En la exploración física es importante evaluar si hay caída facial o asimetría facial, fuerza de prensión débil, caída del brazo y anomalías del habla. Pida al paciente que diga “No puedes enseñar trucos nuevos a un perro viejo” para poner aprueba su patrón de habla. Valore la función neurológica y registre la calificación de coma de Glasgow.
Signos y síntomas. La presencia o ausencia de los signos y síntomas en la siguiente lista puede ayudarle a confirmar la presencia y gravedad de un evento vascular cerebral:
• Cefalea.
• Asimetría facial o caída facial.
• Caída del brazo.
• Habla farfullada.
• Estado mental o neurológico que declina o mejora.
Hemiplejía.
Hemiparesia.
Disfasia o afasia.
• Afasia motora o expresiva (afasia de Broca) —el paciente entiende y sabe qué
decir pero no puede formar las palabras.
• Afasia receptiva —el paciente no puede entender lo que se le dice o pregunta
y no responde o no lo hace de forma apropiada.
• Afección cardiaca (dolor torácico, disnea o mareo).
• Náusea o vómito.
Episodios sincopales.
• Dilatación unilateral de las pupilas —indica herniación encefálica.
• Pupila fija y dilatada –si se encuentra en un paciente alerta con cefalea grave, puede indicar un evento vascular cerebral hemorrágico.

MANEJO DEL PACIENTE CON EVC O UN AIT.
El tratamiento de un evento vascular cerebral isquémico o hemorrágico se centra en apoyar la función perdida. El garantizar una vía aérea permeable y asegurar una ventilación y oxigenación adecuadas son las prioridades iniciales. El transporte rápido a una institución médica que pueda manejar al paciente con evento vascular cerebral agudo —uno con tomografía computarizada, capacidad de ad- ministración de medicamentos fibrinolíticos y acceso a neurorradiología intervencionista- es fundamental. Al igual que con un ataque cardiaco (“el tiempo es miocardio”), el tiempo es un elemento crítico en el tratamiento de muchos eventos vasculares cerebrales (“el tiempo es células encefálicas”).
Nótese que no se recomienda la hiperventilación agresiva del paciente con una lesión cefálica, o el paciente con un aumento de la PIC. La hiperventilación excesiva resultará en una disminución importante de la PaCO2, lo que resulta en vasoconstricción cerebral excesiva y disminución de la presión de perfusión cerebral; el resultado es una disminución en el flujo sanguíneo cerebral.
Los siguientes son signos de herniación encefálica que permitirían hiperventilación: 1) pupila dilatada de forma bilateral o unilateral:2) reactividad pupilar asimétrica; y 3) postura no intencionada (flexión, también llamada postura de decorticación o extensión, también llamada postura de des- cerebración). Si ninguno de estos signos está presente, el paciente debe ser ventilado a 10 a 12 ventilaciones/min.
Use cristaloides isotónicos al establecer el acceso intravenoso. A menos que exista un colapso hemodinámico masivo, la administración de líquidos IV debe mantenerse a una velocidad que permita mantener abierta la vena para limitar los aumentos innecesarios en la PIC. Evite las soluciones que contienen dextrosa debido a que se han informado edema cerebral y empeoramiento de los resulta- dos neurológicos dado que la metabolización del azúcar fuerza a las desviaciones hipoosmolares de los vasos al tejido encefálico.

BIBLIOGRAFIA.

·             http://www.medigraphic.com/pdfs/facmed/un-2016/un165h.pdf
             Manual Moderno. (2012). EMPACT. Urgencias Medicas: Evaluación, Atención y Transporte de Pacientes. PP 234-257.
             AAOS.(2014).Programa De Formación Profesional Del Paramedico. Primera Edición. Estados Unidos : Intersistemas.
             AAOS.(2011).Los Cuidados de Urgencias y el Transporte de los Enfermos y Heridos. Novena Edición Estados Unidos : Intersistemas

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